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10. Sweety 1er Capitulo
Capítulo 1.
Harta.
Así se encontraba, definitivamente no aguantaría mucho más tiempo allí
recluida, no porque hubiese echo algo malo, sino por un desagradable
acontecimiento, un accidente de tráfico para ser más exactos, murieron
sus padres y su hermano menor, el mayor estaba en Londres desde hace
años y perdió el contacto con él hará unos tres meses. La rutina que
llevaba era desalentadora... Criada entre algodones y estricta
moralidad, cada día veía cosas las cuáles no hacían más que incitarla a
salirse "Del buen camino". Se
sentía sola, diferente... Todas las noches golpes contra la pared
conlindante, aunque no violentos... No en el mal sentido... Harta de
escuchar los gemidos ajenos, harta así mismo de llegar a excitarse
pensando en lo que podría ser... [...] La
rutina de ese lluvioso día vino de mano de una carta del centro ensí,
la abrió entusiasmada, no sabía qué podría ser. Al poco se encontraba
dando saltos por la habitación, despertando por ende a sus compañeras,
las cuáles dormían placidamente aquel domingo en el cuál sin ningún
género de dudas cambiaría, pero... ¿Para bien...? A
sus amigas les resultó extraño. Por norma general ahí todas permanecían
hasta los dieciocho años, no era común que adoptasen niños de tan
avanzada edad, los solían querer de menos de cinco años, al menos
normalmente... A todas sus amigas les pareció raro, mucho, pero claro,
ella qué iba a pensar... Las tachó de envidiosas. - Ya veo ya... Para una de nosotras que puede escapar de este maldito antro y pretendéis achantarme, ¿No...? No
atendió a razones, aceptó sin más, al día siguiente su "Nuevo padre"
esperaba en la puerta, sonriente, no era lo que ella pensaba,
ciertamente en un principio creyó sería algún abuelo bohemio ó similar,
pero ciertamente se encontraba bastante bien conservado, de mediana
edad, con una prominente cabellera oscura, al igual que sus ojos, de
complexión atlética. - Ho... ¡Hola papi! Jijiji... - Corrió hacia él, abalanzándose practicamente para abrazarlo. -
¿Vamos a casa, quieres? - Ella asintió enérgicamente, dirigiendo una
última mirada a las que fueron sus compañeras durante años, quizá cómo
regodeándose, la mirada de las jóvenes no era de envidia ni nada por el
estilo, sino más bien de tristeza, una incluso agredió al personal del
centro preguntándole cómo era posible que la hubiesen dejado marchar;
todo aquello estaba fuera de lugar. En
el transcurso del viaje camino a casa le contó su historia, su mujer
estaba de viaje quién sabe dónde, hacía meses no hablaba con ella aún
durmiendo en la misma cama, incluso pensaba seriamente en que era
engañado, pero no tenía la picardía cómo para espiarla ó rebajarse a su
nivel, la chica se compadeció de él, apoyando la cabecita en su hombro
durante el resto del viaje. Llegaron
a casa, él le indicó dónde estaba su habitación pero... Ella prefería
dormir con él, tenía mucho cariño que dar, al igual que mucho que
recibir... Todo era perfecto, tenía alguien quién la quería, alguien a
quién querer, hicieron planes para el próximo fin de semana... En fin,
todo era perfecto... Amaneció,
tumbada de costado, abrazada a él, sin saber por qué se encontraba en
un constante pero lento movimiento de caderas, miró hacia abajo, aún
adormilada, lo que estaba haciendo no era ni más ni menos que
restregarse contra su padre, el cuál obviamente, por la mañana, al
levantarse pues estaba un tanto... "Alterado". Ops,
uhm, esto... Bu... Buenos días papi... - Dijo totalmente sonrojada,
levantándose de pronto para dirigirse a la habitación contigua y
cambiarse y demás. - ¡Desayunaré en el colegio nos vemos, te quiero! Llegó a clase, contenta y feliz, aunque su rostro tornó más bien triste al ver al maestro de pie, repartiendo algo. - Vamos, ¿A qué estás esperando, quieres que te aplaudan por haber llegado tarde? -
No... No es eso profesor yo, esto... - Se acerca a uno de sus
compañeros. - No me digas que hoy es el examen de evaluación... -
Inquiere notablemente preocupada, su compañero asiente y esta se
desespera por momentos, tomando asiento, ya con el examen sobre la mesa.
Lo había obviado completamente, si no sacaba buenas notas volvería al
centro. - No... No... El
resto del día se le hizo eterno hasta llegar a casa, se lo contó todo a
su padre, era jodido vivir con la quimera de no saber qué sería de
ella, de igual modo alguna solución buscarían, cómo el bien dijo...
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Categoría: Arkantos | Ha añadido: fran_balerma (2011-03-22)
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