Relatos |
|
|
Nuestro Rincon |
|
|
Nuestra encuesta |
|
|
Estadística |
Total en línea: 3 Invitados: 3 Usuarios: 0 |
|
|
Total de materiales en el catálogo: 40 Expuesto materiales: 21-30 |
Páginas: « 1 2 3 4 » |
El reloj ha sonado temprano. Media hora antes de lo normal. Su vista ya
no es la misma, se ha equivocado a la hora de programar el despertador.
Se levanta y se asea un poco. Se mira en el espejo. Las arrugas no
mienten, 80 años de vida y 60 de trabajo continuo. Él no tiene días de
descanso, la muerte es así de caprichosa. Con su mano derecha temblorosa
busca en vano sus gafas de cerca. No las encuentra y le entran ganas de
llorar, no ve nada. Es muy viejo, está cansado y quiere morir.
Descansar en paz. Cuántas veces había leído esa frase… |
- ¿Para qué escribe? – preguntó el hombre sin rostro.
- No lo sé.
Es como una necesidad. Se me ocurre algo y así, de la nada, voy dándole
forma a la historia, empiezo a imaginar los detalles…
La cara del hombre se hizo un poco más definida, más nítida. El escritor siguió hablando, entusiasmado:
"-
…entonces, me dejo envolver por la atmósfera del cuento, que se va
creando sola, casi como si ella misma fuera el sentido del relato… |
Teland era una isla situada al este del país de los muñecos de trapo. En
esta isla había una pequeña aldea rodeada de densos bosques. Sus casas y
la mayor parte de las construcciones eran de plastelina. En la aldea de
Teland predominaban los colores oscuros y cálidos, en especial el negro
y el rojo, tanto en las casas como en los ropajes de sus habitantes.... |
El Nifleheim era el mundo más bajo, el del frío, el de las
sempiternas tinieblas y, como en un cubículo, allí era donde Aurgelmir,
el primer gigante de hielo del que procedieran todas las estirpes,
moraba con murria. Su nacimiento de las gotas derretidas por el calor de
las proximidades del Muspellheim, hicieron de él un hombre gélido y al
tiempo con un interior ardiente, pero en él sólo veían al gran ser que
reinaba en aquellas tierras... |
Y te veo nuevamente ahí, zorra… Tu reputación, a
diferencia de que los más compasivos piensan, no te fue concedida en
vano. Y lo sé yo, señor de tus actos, lo sé yo, dueño de tus
pensamientos, lo sé yo, dictador de tus deseos... |
Pero
no quiso aceptarlo, acabó volviéndose a correr, extasiada y ansiosa le
pidió que cesase, para ahora colocarse ella voluntariamente a cuatro
patas. – Por aquí, papá… - Poco tardó en volver a sentir su miembro, el
ano de la muchacha tratando de dilatarse lo más rápido que pudo, ayudado
por los dedos de su padre, los cuáles previamente introdujo en su
vagina, para tras esos dirigirlos a su trasero, lubricándola con sus
propios fluidos, para tras eso sí… |
Despertó
de madrugada. Serían las cinco ó las seis de la mañana, aún quedaba
para ir al colegio, eso sí, despertó empapada… El simple hecho de
recordar lo que pasó la otra mañana le hacía estremecer, la curiosidad
la invadía, y a ella sí que no podía enfrentarse… Llevó la zurda hasta
la entrepierna... |
arta.
Así se encontraba, definitivamente no aguantaría mucho más tiempo allí
recluida, no porque hubiese echo algo malo, sino por un desagradable
acontecimiento, un accidente de tráfico para ser más exactos, murieron
sus padres y su hermano menor, el mayor estaba en Londres desde hace
años y perdió el contacto con él hará unos tres meses. La rutina que
llevaba era desalentadora... |
Pero... Yo no... - Un nuevo beso la volvió a silenciar, esta vez más
apasionado, más ardiente... Finalmente ella cerró los ojos, sintiendo
todo el calor que desprendían ambos cuerpos, sintiendo así mismo la
excitación del joven al rozar la ingle de su pareja, para él todo ello
era excitante, verla ahí tumbada, sentir su entrecortada respiración,
notar como su pulso aumentaba... |
De
igual forma ella ya había desechado esa idea al ver como se adentraban
en la espesura del bosque. Aunque el día hubiese sido soleado dudaba que
el follaje permitiese filtrar una cantidad de luz lo suficientemente
alta como para ver sin ayuda de una linterna... |
|
|
Registro |
|
|
Buscador |
|
|
Juegos |
|
|
Chat |
|
|
|